El nieto de Louise Wilkinson, una mujer de 92 años de Seaham (Reino Unido), le compró un puzzle y una botella de jerez por Navidad. Sin embargo, el repartidor de Amazon que debía entregarle el regalo se negó a darle el alcohol, porque la anciana no pudo mostrarle una identificación que demostrase que era mayor de edad.

Así lo recoge 'The Sun', que señala que la anciana no tenía carnet de conducir ni pasaporte, ni otro documento identificativo con una fotografía, por lo que el repartidor solo le dio el puzzle, pero se negó a entregarle el vino.

Al día siguiente, el repartidor volvió a casa de Wilkinson, que le mostró su abono transporte, en el que aparece su fotografía. Sin embargo, como este no figura entre los documentos aceptados por Amazon para demostrar la edad, volvió a llevarse la botella.

En declaraciones al citado medio británico, el nieto de Louise, Carl Johnston, tachó la situación de "absurda" y lamentó que para Amazon no baste un reconocimiento visual cuando la persona es "claramente mayor de edad", como en el caso de su abuela.

Una política estricta

Lo cierto es que la compañía tiene una estricta normativa en lo que respecta al envío y recogida de bebidas alcohólicas. En la página británica de Amazon se estipula que se requerirá "identificación fotográfica válida y una firma" por parte del receptor de este tipo de productos para entregarlos. Si este no es mayor de edad o no puede mostrar una identificación válida, el producto se devolverá a Amazon, que lo reenviará al día siguiente, como ocurrió en el caso de la abuela británica.

En su lista de "identificaciones fotográficas válidas" para Reino Unido, Amazon incluye pasaportes, el carnet de conducir de la Unión Europea, el "formulario 90 del Ministerio de Defensa" (una identificación militar), el documento nacional de identidad de otros países europeos, el documento de inmigración biométrico que el Home Office expide para los inmigrantes mientras tramitan su permiso de residencia, o una "tarjeta de identidad con fotografía que incluya un holograma del Proof of Age Standard Scheme (PASS)" (un programa del Gobierno británico que sirve como prueba de edad en Reino Unido).

Una política que ya ha sido objeto de crítica. En octubre, un lector del diario 'The Guardian' envió al rotativo una carta en la que se quejaba de un problema similar al que tuvieron Carl y su abuela. En este caso, el lector explicaba que solía utilizar Amazon para enviar a su tío, de 88 años, botellas de su licor favorito, pero que el cambio en la política de la empresa ahora se lo impedía. En la misiva, tachaba de "discriminatorio" que el anciano, con movilidad reducida y sin carnet o pasaporte, no pueda recibir ciertos productos.