El uso de bombas de racimo está prohibido en 108 países pero no en EEUU, Rusia o Ucrania. Todo apunta a que hoy el Ejecutivo de Biden podría anunciar el envío de este tipo de bombas para ayudar en la contraofensiva ucraniana.

El periodista y escritor, Ignacio Cembrero, es contundente en su crítica. "Son bombas que a veces se han utilizado para aterrorizar a la población civil". "Ensucia la guerra y además, algunos aliados de la OTAN que tiene prohibido el uso de estas armas, eésto no les va a gustar", explica.

"Yo apoyo a Ucrania pero comprendo a veces los argumentos de la izquierda, como Sumar o Podemos, porque con las bombas de racimo se va a utilizar un arma sucia", sentencia Cembrero.