Antonio García Ferreras: ¿Después de más de un año de cárcel qué espera del juicio?
Jordi Cuixart: Sé que esto va para largo pero estamos ante una sentencia que marcará el futuro de España en cuanto a derechos y libertades. El tiempo en prisión no lo vivo como tiempo perdido porque estoy defendiendo el derecho de autodeterminación, pero también derechos y libertades fundamentales.
'Defiendo el derecho de manifestación, la libertad de expresión y el derecho a la desobediencia civil pacífica'
AGF: ¿Está aquí por los incidentes ante la Conselleria de Economía donde usted fue protagonista de la protesta y le acusan de rebelión?
J.C: Ese 20 de septiembre estuve allí haciendo un llamamiento para que la protesta no fuera violenta. Soy un pacifista. No podrán encontrar, por mucho que investiguen, ni un solo tuit o comentario mío apelando a las armas o a la violencia. Defiendo el derecho de manifestación, la libertad de expresión y el derecho a la desobediencia civil pacífica.
AGF: Un año más tarde y no hay República. Ningún país ha reconocido a Cataluña como nación independiente. ¿Se equivocaron?
J.C: Yo volvería a hacer todo lo que hice. Hoy Cataluña es un conflicto sin resolver también a nivel internacional aunque una parte de España lo quiera ignorar. Empezó por una gotera y ahora el edificio está al borde del hundimiento. No voy a hacer una competición por ver quién ha cometido más errores pero el fracaso del Estado, el de la sentencia del Constitucional contra el Estatut hasta día de hoy, es estrepitoso. ¿España está dispuesta a dilapidar el Estado de derecho para evitar la autodeterminación de Cataluña? Pérez Rubalcaba decía que estaban dispuestos a pagar el precio más alto. Yo sigo convencido de que, si los catalanes lo siguen queriendo, Cataluña será una República.
AGF: ¿Qué le parece que la consellera Clara Ponsatí diga que aquella declaración de independencia era un brindis al sol o un farol de póker?
J.C: Por respeto a la situación de todos los represaliados, incluida la señora Ponsatí, soy incapaz de hacer ningún reproche personal. Pero aquello a lo que se comprometan los partidos políticos ante la ciudadanía deben cumplirlo. Esto exige coherencia y responsabilidad a partes iguales. Hay que tratar a la ciudadanía con rigor.
'Sigo convencido de que, si los catalanes lo siguen queriendo, Cataluña será una República'
AGF: Y qué le parece que Ponsatí afirme que los políticos independentistas en prisión se han entregado.
J.C: Lo veo desafortunado.
AGF: ¿No cree usted que el independentismo hace un año actuó como si tuviese una clara mayoría social sin tenerla y ese es uno de los errores?
J.C: La autocrítica es muy saludable. En Òmnium defenderemos siempre los grandes acuerdos del país. El 1 de octubre conserva toda su fuerza y legitimidad, pero es obvio que la violencia y las amenazas del Estado hicieron mella en parte de la sociedad catalana. No se construye nada bueno sobre el miedo.
El 80% de los catalanes quiere un referéndum de autodeterminación y ¿cuál es la respuesta del Estado? Violencia. ¿De quién es el error: del que busca soluciones o del que las niega? No he oído a nadie del bloque del 155 reconocer ningún error. Insisto: debemos actuar con mayor determinación y sin dejarnos a nadie por el camino.
AGF: ¿Usted cree que el independentismo tiene ahora capacidad política para hacer efectiva la república?
J.C: Tiene mayoría en el Parlamento y la responsabilidad de cumplir con sus programas electorales.
En Òmnium preferimos hablar de soberanismo, los partidos del derecho a la autodeterminación tienen una mayoría más que absoluta en el Parlamento. Hasta el PSC lo defendía en 2014. El límite de cualquier decisión no pueden ser las amenazas de más represión, violencia o prisión. No en pleno siglo XXI. La gente ya no está dispuesta a callar. La democracia se defiende ejerciéndola.
Fíjese. Yo entré acusado de sedición por defender el derecho a la autodeterminación de Cataluña y el despropósito es de tal dimensión, que me veo acusado de rebelión y con la obligación moral de defender derechos y libertades fundamentales para el conjunto de la sociedad tanto la catalana como la española. Como dice Ignacio Sánchez Cuenca, de quien recomiendo sus libros, “la actuación del Supremo empuja España hacia la situación de Polonia”.
'La gente ya no está dispuesta a callar. La democracia se defiende ejerciéndola'
AGF: La sociedad catalana está más dividida que antes. ¿Le preocupa?
J.C: Me preocupa que el 20% de la población esté en riesgo de exclusión social y que el Constitucional suspenda leyes como la de pobreza energética. Somos una región rica de Europa con fuertes desequilibrios sociales. En lo que va de año, ha habido más de 7.000 ejecuciones hipotecarias, el paro es más bajo que la media española pero la precariedad no aminora. Esta es la auténtica división que sufre Cataluña.
¿Todos los españoles piensan lo mismo sobre la monarquía, el estado de las autonomías o la Justicia? Mi madre es murciana, la mitad de la familia de Marcel Mauri es andaluza… y esto no es ninguna excepción en Cataluña. La sociedad catalana está llena de matices (como la española) y tiene opiniones diversas ante una situación compleja, como explicaba Wyoming el otro día.
AGF: El independentismo también está más dividido que antes y lo hemos vivido en el Parlament con las disputas entre JxCAT y ERC. ¿Esa tensión se traslada a los que están en prisión?
J.C: No, a pesar de la voluntad del Tribunal Supremo. En prisión la relación es muy buena. Son políticos que vienen de distintas tradiciones del soberanismo pero con un denominador común: demócratas y catalanistas.
No debemos olvidar que estas elecciones son resultado de la aplicación del 155, un estado de excepción encubierto. Fue el juez Llarena quien impidió el desarrollo normal del Parlamento negando la aplicación del resultado del 21D.
'La amenaza de Felipe VI el 3 de octubre de 2017 es un punto de no retorno'
AGF: ¿No cree usted que el independentismo de alguna manera se ha quedado atrapado en el simbolismo?
J.C: No nos podemos quedar atrapados en el simbolismo. El conjunto del soberanismo está trabajando muchísimo para recuperar la normalidad y avanzar, otra cosa es que se haga desde la discreción mínima deseable. Una parte nada despreciable de los independentistas lo son desde la frustración de tener delante a un Estado irreformable, desde la frustración más absoluta. Se equivoca quien lee al soberanismo como un bloque monolítico. La amenaza de Felipe VI el 3 de octubre de 2017 es un punto de no retorno.
AGF: ¿Cómo valora que algún CDR convoque escraches en sedes de ERC?
J.C: Libertad de expresión ante todo. Al mismo tiempo recordar que esta gente tiene su líder, junto a tres destacados dirigentes de su partido en la cárcel y a la secretaria general en el exilio. Los objetivos de la represión son: influir en las decisiones de la estrategia de los partidos políticos y generar división. No caigamos en ninguna de las dos trampas.
AGF: ¿A qué línea estratégica se siente ahora más cercano: a la de Puigdemont o a la de Junqueras?
J.C: Nuestra voluntad es seguir generando consenso en el seno de la sociedad catalana y, lógicamente, mucho más allá de los partidos políticos. Nuestra razón de existir es el papel de interlocutor válido que nos reconocen históricamente, desde muy distintos actores de esta sociedad.
AGF: Puigdemont dijo en campaña electoral que volvería si ganaba y no ha vuelto. Usted que está en prisión, ¿cómo lo valora?
J.C: No vamos a reprocharle nada al presidente Puigdemont. Quien crea que el exilio es plácido, se equivoca. Aquí no hay héroes ni traidores. Hay representantes elegidos democráticamente, servidores públicos, al que un juez impide ejercer sus derechos y que no pueden vivir con sus familias.
AGF: Hay dirigentes socialistas que públicamente se han pronunciado en contra de su prisión preventiva. ¿Le ha sorprendido?
J.C: Lo sorprendente debería ser que no lo hicieran antes. Del resultado del juicio dependerá la calidad de los derechos y libertades de los españoles para las próximas décadas. Cada día más voces en España se están escandalizando de la jurisprudencia que se está generando a partir de este procedimiento, lo vamos a pagar muy caro en nuestro sistema de garantías. Al PSOE le estorbamos en la cárcel, pero esto solo se soluciona con valentía y hablando claro a la ciudadanía. Que alguien presente una sola prueba de cuando hemos llamado mi compañero y amigo, Jordi Sánchez, o yo a ejercer la violencia. Fui insumiso al servicio militar, soy incapaz de matar una mosca y menos de empuñar un arma.
AGF: Sé que usted no es político pero ¿cree que el independentismo catalán debe apoyar los presupuestos pactados por el Gobierno del PSOE y Podemos?
J.C: Primero que mantengan a los presos al margen de la ecuación. Lo hemos repetido hasta la saciedad: los presos no pueden ser moneda de cambio, en ningún caso.
Hoy por hoy, más allá de buenas palabras, la ley mordaza sigue vigente, siguen las devoluciones en caliente y sigue la venta de armamento a Arabia Saudí. El Gobierno de Pedro Sánchez va camino de ser una decepción máxima en lo que atañe a derechos y libertades. Que sea responsable y que se siente a dialogar con el Gobierno de la Generalitat, sin condiciones previas ni apriorismos. Que escuche más a sus socios de Podemos.
'Fui insumiso al servicio militar, soy incapaz de matar una mosca y menos de empuñar un arma'
AGF: ¿Unas elecciones anticipadas pueden desembocar en un gobierno del PP y de Ciudadanos?
J.C: Si tras unas elecciones ganan el PP y Ciudadanos, la autoridad moral de resistencia del pueblo catalán se reforzará aún más.
AGF: ¿Qué espera políticamente usted?
J.C: Desde el presidente Zapatero con el Estatut no ha habido ni una sola propuesta desde España para Cataluña. Y en la sentencia del Constitucional contra el Estatut está buena parte del origen del desencuentro. Esto se va a solucionar, con presos o sin presos, con diálogo y política de estado. Como hicieron en su día Suárez y Tarradellas superando la legalidad de aquel momento.
AGF: ¿Qué ha hablado usted con Pablo Iglesias?
J.C: Quiero poner en valor la voluntad permanente de diálogo de Pablo Iglesias, que va más allá de las palabras. Vino a verme a la prisión de Soto del Real cuando no vino nadie.
'Quiero poner en valor la voluntad permanente de diálogo de Pablo Iglesias, que va más allá de las palabras'
AGF: ¿Echa en falta la visita en la cárcel de alguien?
Echo en falta la de algunos líderes de partidos de tradición catalanista con los que compartimos la defensa de la cohesión social o del modelo de escuela. Pero cuando vengan no les haré ningún reproche. Los valores que defiendo desde la cárcel no entienden de siglas, sólo de personas.
AGF: Su hijo es muy pequeño pero le ha visto más en prisión que en libertad. ¿Cómo le explicará todo esto?
J.C: En el fondo no deja de ser un acto de amor hacia él. Quiero que viva en un país donde la libertad de expresión y la democracia no se vean cuestionadas. Que ni él ni nadie más vaya a la cárcel por manifestarse o por escribir una canción, por pensar distinto ni por presidir una entidad cívico-cultural con más de 130.000 socios.