Antonio Gómez Ortega fue despedido como director de una sucursal de Caja Madrid por denunciar las preferentes. Antonio tuvo incidentes serios con algunos ciudadanos que querían recuperar su dinero. "A los clientes se les vendió el producto, siguiendo las directrices del director de zona, como que podían disponer en 24 horas del producto".

Antonio asegura que llegó a devolver el dinero a un cliente con dinero de su bolsillo. "A otros clientes, con una cuantía mayor, no pude devolverles el dinero ni tampoco hacerme cargo yo por mi situación económica". Antonio cuenta cómo el director de zona le dijo que si algún cliente le amenzaba acudiera a la policía, "pero no me hizo mayor caso".

"Todos los días sufría las amenazas de los clientes, sin que nadie de la entidad hiciera nada", cuenta el exdirector de oficina. Antonio, preso de la desesperación, llamó a Miguel Blesa por teléfono, con el que había tenía trato personal. "Blesa me dijo que resolvería el problema. Lo arregló a través del Banco Popular, y yo me quedé satisfecho por mis clientes. Pasado un tiempo maquinaron mi despido".

Antonio cuenta cómo mandó un mail a Blesa pidiéndole clemencia. "Nunca me contestó, no me hizo ni puñetero caso. Supe que era el eslabón fuerte de toda la cadena".