Fueron seis meses de tiras y aflojas en los que Ignacio Escolar fue a la propia casa de Correa en Sotogrande. Correa, le contó los detalles en Sotogrande, donde le amplió la información que salía en los nueve folios y quedaron en verse de nuevo para grabar la confesión en video.

Esto fue en abril, y hasta cinco veces lo retrasó Correa, que finalmente lo canceló en mayo. Ignacio Escolar aguanta la exclusiva con la esperanza de que esa entrevista grabada en vídeo se produzca en algún momento hasta que lee la información de Interviú en la que se afirma que Correa calló gracias a un coche cargado de dinero.

Escolar supo que la entrevista no se iba a producir nunca y decide publicarla. Habla el día antes con Bárcenas, aludido, que le niega el contenido de los 9 folios y es Correa, desde otro número de teléfono, el que llama a Ignacio Escolar.

Ofrece a eldiario.es otra información a cambio de que no difundiesen el documento con el que negoció con la Fiscalía. Es obvio que Correa quiere evitar que se publiquen, así que llama a Ignacio Escolar, que no puede contestarle en ese momento y le manda un SMS a continuación en el que dice: "Nacho soy Paco Correa. Oye acabo de ver tu mensaje. Es que ayer me acosté muy tarde y estaba dormido. Llámame por favor".

Posteriormente, otro mensaje más: "Nacho llámame haz el favor. Que tengo algo importante contigo. Llámame antes de publicar que he visto que quieres publicar".

Correa y Escolar hablan desde un teléfono fijo, el de la redacción de eldiario.es porque Correa quiere evitar que se grabe la conversación, pero Ignacio Escolar considera que lo que le pide Correa "no tiene lugar". Correa le manda dos SMS: "Nacho mira no sé si me has cortado. Pero te cuento para tu tranquilidad y la mía estoy dispuesto a agarrar el coche irme a Madrid ahora y te lo cuento. Y creo que debes de escucharme. Es muy importante. Yo estoy dispuesto a agarrar el coche".

Y otro mensaje más, que demuestra la urgencia de Correa, "Nacho... no se si me has colgado. No entiendo nada. Llámame si quieres que vaya a Madrid y nos vemos al mediodía. Llámame por favor gracias".

Mensajes a los que Nacho Escolar termina contestando:  "Lo voy a publicar ya". El resto, negar haber escrito esa confesión o las dudas de otros medios sobre la veracidad de la historia, dice Escolar, era algo previsible.