Su declaración es clave. Manuel Gómez, exinterventor de la Junta podría ser determinante en la investigación de los ERE fraudulentos, y en concreto en la posición de Griñán. Le acusa de "cebar sin descanso la corrupta partida presupuestaria de los ERE". Hasta quince veces habría advertido el máximo órgano fiscalizador a la Junta de las supuestas irregularidades. Es lo que defendió ante la comisión de investigación el año pasado. Alertas que habría recibido Griñán, entonces consejero de Economía y Hacienda.

Presumiblemente va a ratificar todo lo que dijo entonces. Insistió en que se advirtió de "deficiencias administrativas" en el uso de los presupuestos. Pero que nunca se dedujeron supuestos de fraude en los fondos públicos, defendiendo siempre su papel: el de la intervención. 

Pone en su punto de mira a Griñán, pero su papel en este caso está todavía en el aire. Griñán defendió en esa misma comisión de investigación que nadie sabía que se estaban produciendo irregularidades.

En su defensa en la comisión, Griñán, insistió en que, ante cualquier duda de legalidad, la Junta lo denunció siempre. A pesar de que Manuel Gómez les acusó de no hacer nada durante diez años cuando, dijo, se podía haber acabado con las irregularidades en 24 horas.