España se tinta de rojo con el 28-A, y es que el PSOE ha ganado en 40 de las 52 circunscripciones en estas elecciones generales. A los socialistas solo se le han resistido tres comunidades autónomas.
En el País Vasco, el PNV se ha impuesto en las tres provincias, mientras que en Navarra ha ganado Navarra Suma, la candidatura conjunta de UPN, Ciudadanos y PP. Por su parte, en Cataluña, ERC ha vencido en todas las circunscripciones menos en Barcelona, donde también lo ha hecho el PSOE.
Los populares han perdido algunos de sus territorios más históricos en su ADN y solo lideran cuatro provincias. Son Lugo y Ourense, que permanecen en manos del PP en Galicia, al igual que Salamanca y Ávila en Castilla y León. El PP también ha ganado en Melilla.
Un panorama sin duda muy diferente al de 2016, elecciones en que dejaban una clara hegemonía de los populares al conquistar 42 de las 52 circunscripciones.
Sólo Euskadi y Cataluña y algunas zonas de Andalucía desecharon la papeleta popular y confiaron mayoritariamente en Podemos, el PSOE o en partidos regionales. Una España azul que hoy ha cambiado de color.