La fotografía de Marta Chávarri y Alberto Cortina saliendo juntos de un hotel de Viena dinamitó una de las mayores operaciones bancarias que iban a hacerse en España. La operación Banesto-Central, "el culebrón perfecto" para la periodista Rosa Villacastín, era la que buscaba fusionar el Banco Central, liderado por Alfonso Escámez, con Banesto, dirigida por un joven Mario Conde.

Cuando Escámez está a punto de jubilarse, Conde "encandila" a Escámez, que le ve como su sucesor, según recuerda José Antonio Martínez Soler, director de La Gaceta de los Negocios. En esa operación, Miguel Boyer aspira a quitar el puesto a Conde, basándose en el apoyo de 'los Albertos', que compran el 12% de las acciones de Banco Central en busca de apoyar a Boyer, que había dejado sus labores de ministro.

La fusión se dio por hecha y se vendió como la operación del siglo, con la foto de Chávarri con Cortina que acabó dinamitándola. La foto de Viena fulmina las relaciones de Cortina con Koplowitz, lo que hace que 'los Albertos' dejen de ser los dueños de las acciones de sus mujeres en Banesto y en Central.

"Cuando no hay paz accionarial, no hay fusión posible", comenta Martínez Soler. Al Boyer quedarse sin el apoyo de 'los Albertos' y Conde perdiendo esa paz accionarial, la fusión Banesto-Central acabó rota.