Melodie Nakachian fue secuestrada en 1987 cuando acudía al colegio en coche junto a su hermano mayor en Marbella. Varios encapuchados detuvieron el coche y se llevaron a la fuerza a la pequeña de cinco años. Sus secuestradores exigían 13 millones para su liberación, pero la familia Nakachian, no era tan adinerada como hacía ver y no tiene el dinero para pagar el rescate.

Mientras el padre, Raymond, intentaba conseguir el dinero, su madre, Kimera, confiaba en un milagro. Este esperado milagro llegó al octavo día en forma de cartera. Pero, ¿cómo una cartera cambia el curso de la historia? "En todos los sucesos o en casi todos siempre hay un componente de azar, igual que en la vida, por cierto", explica la periodista Cruz Morcillo, que recuerda que este componente de azar llegó "en mano de Paloma". Paloma es una señora que trabajaba en un banco y que iba paseando tranquilamente cuando se encontró en un pasadizo subterráneo de Benalmádena Costa una cartera, sin saber que ésta pertenecía a uno de los secuestradores de Melodie.

"Paloma vio a un señor que iba corriendo con un chándal, miró la cartera y vio que había dinero francés", explica el entonces comisario de Estepona, Ricardo Ruiz Coll. Por su parte, Cruz Morcillo explica que Paloma, que era feligresa de la parroquia de Torremolinos, entregó la cartera al cura: "El párroco le agradeció el dinero, pero mirando la cartera vio un papelito doblado, un mensaje escrito en francés, similares a los que había recibido la familia Nakachian días antes".

Aunque en la cartera no había documentación, gracias a ella la Policía consigue dos pistas: se confirma la trama francesa y empiezan a buscar a una persona que hace deporte en la zona de Benalmádena. En el vídeo principal de esta noticia, el comisario explica el modo de actuar de la Policía hasta dar con el piso en el que se escondían los secuestradores.