El domingo 31 de octubre de 2021, solo cuatro días después del robo de 45 botellas valoradas en más de 1.600.000 euros, uno de los dueños del hotel-restaurante Atrio, en Cáceres, recibe un mensaje a través de una red social.
Es la primera vez que su contenido se hace público:
-"Hola".
-"Dame tu número de teléfono para hablar de una cosa importante".
-"Yo sé quién te las robó".
Los mensajes llegan con una foto. "Confirmaba que nos podía poner en contacto con ellos para una posible negociación y recuperar las botellas de vino, se nos indicaba quién podía haber sido el autor del robo y se nos facilitaban unos teléfonos para contactar con ellos", recuerda Jorge Sánchez Castañón, mediador del seguro de Atrio.
"Se deduce que sería un cómplice con el que seguramente preparó el robo y que, por lo que fuera, quedó descolgado del plan. Cuenta que se ha enterado por la prensa", destaca Mayka Navarro, reportera de suceso.
Por su parte, Francisco Marco, detective privado de Método 3, considera que "no es un mensaje de negociación, sino de traición" porque "eran dos, pero parece ser que hay un amigo y que tienen una deuda común [...] De chorizos, chorizadas".
Más Noticias
-
Una joven pide el divorcio a su marido tras su decepcionante noche de bodas: "Me quité el anillo y me fui"
-
Un experto desvela los profesionales que más cocaína consumen: "Los he visto en todos los sectores"
-
El sorprendente resultado del análisis de un laboratorio textil al comparar una camiseta de fútbol falsificada con una original
-
Coches de 100.000 euros y rodeado de lujos en Andorra: así vive un joven que vende zapatillas falsificadas por internet
-
Juan y Medio, sobre el parecido de un antiguo novio de una de sus invitadas: "¿Raphael? Lo veo más como Juan el de 'Los Chunguitos'"
La imagen que se adjunta corresponde con la de Constantin Gabriel Dumitru, detenido y encarcelado por cometer el robo junto con Priscila Lara Guevara, su pareja.
Un mal susto
Ramoncín fue acusado de sustraer 57.000 euros en facturas falsas de la SGAE: "Me pidieron cuatro años y medio de cárcel"
"La SGAE decía que no le había quitado dinero", recuerda Ramoncín, quien tenía miedo porque pensaba: "¿Y si me condenan? ¿Y si el Tribunal no entiende o yo me expreso mal o los abogados lo hacen mal?". Estaba en juego una condena de cuatro años y medio.