"Me acuerdo perfectamente de que pasé por un reloj que había cercano a la calle José Silva a las 08:09". Así recuerda Tomás Alonso los momentos antes del atentado contra José María Aznar en dicha calle madrileña, que el profesor de Educación Física recorría cada día y por la que, precisamente aquella mañana, pasó algo antes de lo habitual.
Tomás, que entonces tenía 33 años y dos hijos, resultó herido por el coche bomba. Conducía su Vespa negra -que aún conserva- junto al vehículo en el que viajaba Aznar en el momento de la explosión, aunque él no sabía quién iba en su interior. Su último recuerda, asegura, fue el semáforo, que se ponía en rojo. Justo al apoyar el pie en el suelo, se produjo la explosión.
Más Noticias
-
El manual de torturas que utilizaba Billy el Niño y la Policía franquista: del quirófano a la bañera
-
Xavi Martínez expone qué secuelas le han dejado las terapias de conversión: "Sigo teniendo pesadillas"
-
Una exempleada de la falsa hija del rey desvela sus estrafalarios gastos: "En el supermercado eran unos 800 euros a la semana"
-
Un investigador analiza el entramado empresarial de Daniel Cabrera: "Eran escudo e instrumento para cometer el presunto delito"
-
El divertido comentario de Cristina Pardo sobre el look de Jordi Évole: "Cada viernes nos trae un modelo distinto de chándal"
"Salí despedido casi hasta la esquina de José Silva con Arturo Soria", relata. Puedes escuchar su testimonio en el vídeo que ilustra estas líneas.
El Ministerio de Cultura supervisaba las cuentas
La UCO de la Guardia Civil afirmó que la SGAE desvió 47,6 millones de euros
La periodista Eva Lamarca explica en este vídeo cómo se movía el dinero entre la SGAE, la SDAE y las diferentes empresas del entramado. En el sumario del caso aparecían reflejadas "habitaciones de hotel, relojes de lujo y una factura de 66.000 euros de un gimnasio"