Un vecinograba al amante de la vecina, colgado de la cornisa de una ventana en calzoncillos. Lo impactante de las imágenes es que el señor se agarra a la fachada de un edificio de más de 20 pisos de altura. "Cómo tiene que ser el marido, para que éste tipo se juegue el pellejo de esta manera", comenta Óscar Broc al ver las imágenes.

Este culebrón tiene un agravante y es que el amante no es conocedor de lo que está pasando en el interior del piso donde está la mujer con el marido, por lo que tampoco sabe el tiempo que va a tener que esperar colgado. "Luego volver a entrar tampoco va a ser fácil", asegura David Broc. Para Alfonso Arús, antes de decir cualquier cosa, siempre se podrá decir aquello "no es lo que parece".