David de Jorge critica a las personas que hacen colas kilométricas para comer algo que está de moda y a los restaurante y pastelerías por tomar el pelo a la gente. "Prefiero ir a peores restaurantes gestionados por gente increíble que a restaurante increíbles gestionados por anormales", explica Robin Food, que expone que "tienes la sensación de que se están descojonando en tu puta cara".

"Te digo un restaurante como una pastelería en la que todo Dios hace cola porque se quieren comer un croissant", explica el cocinero, que no entiende que hagan una cola de "800 kilómetros" para comerse un croissant y hacerse una foto. "Luego me cobran 14 pavos por un croissant que digo: 'Pero qué es esta puta mierda, si hay mucho mejores en mi pueblo'", critica.

"Tiene razón, pero también tiene que ver con los buenos equipos de marketing que tienen algunos restaurantes y pastelerías", comenta Òscar Broc tras ver la crítica de Robin Food, mientras que a Alfonso Arús no le entra en la cabeza estos fenómenos para comerse un croissant.