Ángel Antonio-Herrera saca dos "cosas claras" tras la operación cardíaca del rey emérito: la soledad de Juan Carlos I y el gran escaparate de pasarela que ha regalado la Familia Real.
En cuanto a la soledad del monarca, Ángel-Antonio Herrera aclara que se refiere a ello porque "don Juan Carlos entró solo a la clínica auxiliado de chófer pero no de santa esposa, de hijo solícito o de hija atenta". "No parecía que fuese el monarca a que le remenderan el corazón ilustre sino a presidir un partido de fútbol de la Selección", comenta.
Al periodista le llama la atención "la soledad de este hombre ahora que encima le tocaba esta soledad de mucho pasillo que es siempre un hospital".
La familia ha ido a visitarle "no como quien visita a un marido o a un padre sino como quien cumplimenta el encuentro con un familiar no rigurosamente próximo", apunta y concluye: "el rey está mejor de lo suyo, con cañerías nuevas y más solo que la Luna".