Con motivo del estreno de su nueva serie, 'Zorro', en la que es el único protagonista, Miguel Bernardeau concede una larga y profunda entrevista a la revista 'Esquire'. El actor, que saltó a la fama tras el gran éxito de 'Élite', habla sin tapujos en esta charla de una etapa muy dura para él en su vida personal: la que sucede a la de su mediática ruptura con la cantante Aitana Ocaña.
El hijo de Ana Duato relata que tuvo que marcharse de viaje para reencontrarse a sí mismo. "Era un momento personal en el que estaba escapando. Fue muy duro. La hora de vuelta en coche después de estar con la ballena me la pasé llorando a moco tendido", cuenta acerca de una de las múltiples aventuras que vivió en este trayecto. "Era un momento emocional en el que estaba muy sensible. Ahí encontré lo que me pasaba".
Más Noticias
- El chiste de Leo Harlem sobre su teoría conspiranoica favorita: ¿por qué se posan los pájaros en los cables de la luz?
- "Lo que pasa después de beber dos paquetes de cerveza": así bendice a sus amigos con la escobilla del váter
- La "pullita" de una señora a su marido, tras venderse como un "partidazo": "¿Con esa barriga? No te lo creas tanto"
- Alfonso Arús reacciona al comentario homófobo de un cocinero a una concursante de Batalla de restaurantes
- Joaquín trolea a Susana Saborido desvelando su mayor debilidad: "¿Me estás grabando?"
Según él mismo reconoce, lo que acabó por destrozarle fue "una ruptura, una ruptura muy pública". "Hubo algo de cansarme mucho del tipo de exposición que estaba recibiendo. Porque yo nunca he sido una persona de exponer mi vida, y sin embargo sí que se ha expuesto, sin mi permiso ni mi consentimiento. No lo elegí. Creo que eso es lo que me he hizo bajar a los infiernos, por así decirlo", confiesa. Sin embargo, tras ese duro momento, volvió a reencontrarse y reenamorarse de su profesión.
Virales
El divertido vídeo viral del perro que juega solo tirando la pelota a un río: "Como si fuera hijo único"
Estar solo no es sinónimo de estar aburrido ni triste y este perro lo demuestra. El can juega a la pelota con tanto entusiasmo como si le acompañaran sus amigos, pero en realidad, con él solo está el río.