Marc Llobet informa en Aruser@s de una última hora acontecida en un museo de historia de Israel, en concreto, en el museo Hecht. Un jarrón de 3.500 años ha quedado completamente destrozado por la curiosidad de un niño de cuatro años, que solo quería saber qué había dentro de la vasija.

Se trata de un utensilio que había sido utilizado para almacenar el aceite y el vino durante la Edad del Bronce Medio en la antigua región de Canaán que ha resistido el paso del tiempo durante tres milenios y medio... hasta que el pequeño se cruzó en su camino.

"La familia no tendrá que pagar nada porque el jarrón no tenía protección y ha sido un accidente", cuenta el periodista. En plató, Angie Cárdenas tiene un consejo que darles a todos los padres del mundo. "Los padres tienen que tener a los niños bien agarraditos".