Una niña se pinta bigotes en la cara como si fuera un gato y cuando se acerca a saludar a su felino se puede ver como este está aterrorizado. El animal se coloca en posición de defensa con su lomo hacia arriba y las orejas hacia atrás mirando fijamente a la pequeña, mientras esta ríe.

"Está totalmente crispado", comenta Alba Gutiérrez, que añade: "Yo si fuera la niña mantendría la distancia, le está diciendo que no le gusta con ese aspecto". Por su parte, Tatiana Arús piensa que la reacción del gato puede ser por la diadema con orejas de felino que lleva la niña.