Los rivales de Batalla de restaurantes visitan el restaurante de Cristina, Valdeconsejo. Una visita en la que explota la tensión que mantienen desde el primer momento la propietaria y Francisco, del Pepito Ternera. "Tengo un pequeño problema contigo, que lo que tú puedas decirme me lo paso por el forro". "El respeto hay que mantenerlo siempre", indica el propietario del Pepito Ternera a su rival, que le recuerda cómo él indignó a Carlos al llamarle continuamente Antonio.

"He tenido una enfermedad hace dos años y, a veces, tengo confusiones con los nombres y otras cosas", explica Francisco a Cristina, a la que no convence el argumento de su rival: "Escucha, tú a mí no me conoces de nada y hace dos años tuve un ictus, así que te callas, porque si tú tienes problemas, yo también".

"Cristina, te pones muy violenta", critica Francisco a la propietaria de Valdeconsejo, que responde tajante: "Sí porque tengo sangre en las venas, no como tú". Es más, ante un gesto de Francisco, Cristina termina estallando amenazando a su rival con echarle del local: "Tú a mí no me puedes despachar de mi casa, como mucho te puedo despachar yo a ti porque en mi casa aguantaré lo que yo quiera y estoy a punto de no aguantarte".

"Tú a mí no me echas de mi casa, ¿te queda claro?", insiste Cristina a Francisco, que responde rotundo: "Pues me voy". Finalmente, todo queda en una amenaza y por respeto al resto de los presentes, ambos continúan en el local. Sin embargo, la tensión sigue latente. "No ha nacido dios en este vida que me humille a mí", insiste Cristina cuando se va a la cocina.