En mayo de 2011, el sospechoso fallecimiento de Juan, el cocinero de una popular sidrería de Gijón, siembra la inquietud entre sus compañeros. Como si fuera una maldición, uno a uno verán cómo su salud se va deteriorando hasta acercarles a la muerte. Solo hay una manera de sobrevivir, resolver el enigma, pero cuando el crimen se produce dentro de un grupo humano amplio, nunca es tarea fácil identificar el garbanzo negro. Y es que para acabar con la vida de una persona a la vista de todo el mundo, sin levantar sospechas, solo necesitas tiempo y una sustancia adecuada.

Eso es lo que ocurrió con la muerte de Juan, conocido como 'El Pistolas', el cocinero de 'El Lavaderu', una conocida sidrería del barrio gijonés de Cimadevilla. 'El Pistolas', que al igual que sus compañeros había empezado a sufrir un deterioro de salud, murió en la cocina del local. Aunque en principio se achacó a un infarto, al descubrir años después que el ayudante de cocina, Andrés 'El Candasu', llevaba tiempo envenenando a sus compañeros, la sospecha se puso sobre la muerte del cocinero. Sin embargo, nunca se ha podido demostrar la vinculación de 'El Candasu' ya que a 'El Pistolas' no se le realizó ninguna autopsia tras su fallecimiento.

Un caso parecido al de Matilde, una anciana que acudía de forma frecuente al local y que todos sus empleados adoraban. "A raíz de las declaraciones que se tomaron a sus compañeros de trabajo, pues sabemos que el sospechoso cuidó en los últimos años a una anciana", explica Fernando Alcobendas, inspector jefe del Grupo de Estupefacientes de Gijón. Por su parte, Roberto Campomanes, encargado de El Lavaderu, destaca que "Matilde era la persona más maravillosa" que conoció en su vida: "A Matilde yo la conocí con 78 años, era una señora muy bajita, muy delgadita, iba siempre muy pintada, con una coleta y era la alegría".

Sin embargo, Matilde tenía un feeling especial con Andrés y con Eva. Fuimos a preguntar a los vecinos de esta señora si veían al sospechoso por allí, qué tipo de trato les daba y sí nos comentaban que el sospechoso le hacía la compra diaria, le llevaba los alimentos, la bombona de butano... Es decir, todas aquellas gestiones que necesitaba la señora", explica el inspector, que detalla que, incluso, "le controlaba la libreta del banco". Sin embargo, los investigadores no pudieron probar la implicación de 'El Candasu' en la muerte de Matilde ni del Pistolas.