Pablo González engañó a medios de comunicación de todo el mundo. Trabajó para medios alemanes, franceses o españoles haciéndose pasar por un periodista cubriendo información en el conflicto ruso con Ucrania. Sin embargo, se acabó destapando que era un espía ruso que trabajaba para Vladimir Putin.

Pablo, o Pavel Rubtsov como se hacía llamar en Rusia, estaba especializado en conflictos internacionales y por ello muchos contrataron sus servicios. Entre ellos, laSexta.

La primera aparición que hizo para laSexta la hizo desde Polonia. Pero en una semana, ya lo hacía desde Ucrania. Y con el pretexto de grabar reportajes acabó entrando en búnkeres, fábricas de armas o contactando con milicias populares.

Cada día que pasaba estaba un paso más cerca del frente. Hasta que la noticia fue él, cuando acabó retenido por las fuerzas de Ucrania acusado de ser un "peligro" para el país.

Pablo tuvo que abandonar Ucrania y, tras varios días sin apariciones públicas, volvió a Polonia, ya comenzada la invasión rusa. Desde allí hizo una conexión con los miles de ucranianos que buscan refugio en su país vecino.

Aparentaba preocuparse por el drama humano, pero lejos de la realidad, acabó detenido en Poloniaun día después de esa conexión, en febrero de 2022, acusado de ser un espía ruso.

Le señalaban como un pieza clave en la persecución de opositores. Eso sí, no duró mucho tiempo allí.

En agosto de 2022, Ucrania y Rusia realizaron un intercambio de prisioneros y, entre los intercambiados estaba él. Una reclamación de Putin que acabó con Pablo, o Pavel, de vuelta en Rusia y siendo recibido por el propio presidente ruso a su bajada del avión.