En mayo de 2003 se tiño de luto: Sandra Palo, de 22 años, fue asesinada por cuatro jóvenes, tres de ellos menores de edad. Ese asesinato puso en tela de juicio la ley del menor y provocó un intenso debate en todo el país.
Un mes después del crimen, la policía detuvo a cuatro jóvenes como autores del asesinato de Sandra, la noticia sobrecogió a la opinión publica al saber que tres de ellos eran menores de edad.
De los cuatro imputados el mayor de edad fue condenado a 64 años de cárcel, los tres menores recibieron penas de entre cuatro y ocho años en un centro de internamiento de menores.
Tras el asesinato de su hija, María del mar comenzó una dura batalla para endurecer las penas que contemplaba la Ley del Menor. La madre de Sandra Palo reclamaba que los asesinos "tenían que cumplir como adultos porque como adultos mataron".
"Como ciudadano, para mí alguien que ha cometido un hecho tan terrible como matar o violar ocho años de privación de libertad me parecen escasos. Como experto que soy, es mucho. Para un chico de 17 años, ocho son la mitad de su vida", explica Javier Urra, defensor del menor de la Comunidad de Madridentre 1999 y 2001.
La presión social fue tan contundente que la reforma de la Ley del Menor acabó siendo una de las promesas electorales en la campaña de las elecciones generales de 2004. La ley fue finalmente modificada en 2006 y la pena máxima de internamiento en un centro de menores pasó de ocho a diez años.
Poco después de esta reforma el debate volvió a estar en la calle cuando uno de los asesinos, 'El Rafita', iba a ser puesto en libertad vigilada tras cuatro años de internamiento.
De los asesinos de Sandra Palo el que era mayor de edad sigue en prisión, los tres menores volvieron a delinquir tras cumplir esa condena.
En el Congreso de los Diputados
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