En el día de la Salud Mental, Andrea Ropero charla con Juan José Escudero, que hace dos años perdió a su hijo después de que este se quitara la vida. Escudero fundó la Asociación Sendas, que lucha para la prevención del suicidio además de llevar a cabo una labor de ayuda y acompañamiento a los supervivientes.

Más de 4.000 personas mueren cada año por suicidio, pero, como expone Andrea, "se habla muy poco de ello". Para Juan José esto se debe, en gran parte, a los tabú o los estigmas. "Hay que saber hablar del suicidio, no puedes hablar de una forma que pueda causar daño a esas personas que están vulnerables", indica Escudero.

Hace dos años su hijo Nico se quitó la vida. Como cuenta Juan José, "Nico era una persona muy sensible, muy amigo de sus amigos, era alguien en quien todos a su alrededor confiaban". Escudero expone que su mujer falleció de cáncer, se produjo la pandemia y "él tenía un trastorno de déficit e hiperactividad y, en su caso, nadie detectó que tuviera ideas suicidas, nunca se lo dijo a nadie, hasta que un día que no pudo más y llegó a tal sufrimiento que se suicidó". "Sufres tanto que quieres acabar con ese sufrimiento que el concepto de vida o muerte no existe", añade.

En dos años de duelo, Juan José explica que ha echado de menos "la capacidad de que las personas entiendan por lo que estás pasando". "Falta conocimiento por parte de la gente de alrededor", indica. En cuanto a las cosas que le han ayudado, Escudero indica que la terapia de grupo con otros padres ha sido de mucha utilidad.

Escudero decidió crear una asociación debido a que esa primera asociación a la que acudió cerró debido a la falta de financiación y para él fue de mucha ayuda tras el suicidio de su hijo. "Hay muchas deficiencias en lo que sería el sistema nacional de salud pública en cuanto a cómo poder atender este problema", expone.

Ropero le cuenta que muchos no saben cómo acercarse a las personas que han perdido a un familiar o allegado por un suicidio "para no hacer más daño". Juan José explica que "estar cerca" y, además, si esa persona se deja "abrazarlo". "Con eso recibimos todo", añade, visiblemente emocionado, "recibimos una sensación de acompañamiento increíble". "Yo era anti abrazados y ahora es todo lo contrario. Se recibe algo de sentirte que estás acompañado". "Lo único que hay que decir es 'estoy cerca de ti, estoy a tu lado'", recomienda.