En este reportaje, Andrea Ropero tuvo la oportunidad de entrevistar a Lorena Sánchez Toledano, una joven que en aquel entonces se estaba preparando las oposiciones para convertirse en jueza. Sus palabras resonaron con fuerza, reflejando el inmenso compromiso que requiere superar estas oposiciones.
Lorena, con una mezcla de determinación y franqueza, compartió lo que considera las claves del éxito: "Muchas horas al estudio, constancia, esfuerzo, pero sobre todo, mucho sacrificio". No es un proceso fácil, reconocía, pues "si quieres ser juez o fiscal, tienes que tener una vocación enorme para sacrificar parte de tu vida durante muchos años".
La intensidad de su preparación era tal que dedicaba alrededor de nueve horas diarias al estudio, llegando a diez en tiempos de convocatoria. "Tengo un día libre a la semana, normalmente el domingo. Esto implica que el sábado puedo trasnochar, pero el domingo tengo que acostarme pronto porque el lunes tengo que levantarme a estudiar", explicaba con un tono que revelaba la rutina implacable a la que se sometía.
Comparando su vida con la de cualquier trabajador, Lorena describía su rutina como un auténtico empleo: "Esto es como un trabajo. Mientras la gente normal se va a su trabajo, yo voy a mi escritorio". Tal era la exigencia de su preparación, que la hacía "imposible de compaginar con un trabajo", subrayando la dedicación exclusiva que exige esta carrera.
Pero más allá del esfuerzo personal, la conversación con Andrea Ropero se centró en la importancia de diversificar los orígenes de los jueces en la judicatura española. "¿Hasta qué punto es importante para la carrera judicial y la ciudadanía que cada vez haya más jueces de clase media que no vengan de la élite política y económica?", preguntó Ropero.
La respuesta de Lorena fue contundente: "Es muy importante". Argumentaba que un juez debe comprender los problemas de los ciudadanos comunes, y que no hay mejor manera de hacerlo que habiendo vivido experiencias similares. "El estar en tu mismo nivel hace que conozca tus problemas", comentaba, destacando que la diversidad en los orígenes de los magistrados no solo enriquece la judicatura, sino que también "ayuda a toda la sociedad porque les acerca a la población y al ciudadano".
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El Intermedio
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