La historiadora de arte, Sara Rubayo, visita 'Mujer tenía que ser' para explicar el origen de la mujer como artista. La experta señala que las primeras pintoras de la historia fueron las monjas y aquellas mujeres hijas de artistas o de familia adinerada. Además, apunta a que muchas de ellas se saltaban las normas establecidas a la hora de crear, pero que la mayoría se centraban en pintar "bodegones y retratos".

Sobre el tema de firmar las obras, Rubayo comenta que la mayoría de aquellas mujeres no se atrevían a firmarlas con su nombre completo, no por el que dirán, sino por el valor de ellas. Cuando hacían la firma completa, sus obras perdían valor. En cambio, si ponían solo las siglas, no se podía identificar si pertenecía a una mujer o a un hombre y, por tanto, sus pinturas adquirían mayor valor en el mercado.

Por otro lado, la historiadora comenta que en la actualidad el Museo del Prado "solo tiene 24 obras pintadas por mujeres", frente a las 1.600 obras de origen masculino. No obstante, se queda tranquila porque sabe que el museo "está haciendo un esfuerzo" para subsanar esa diferencia.