Una de las franquiciadas de Perfumarte ha ordenado al jefe infiltrado que limpie los estantes y los probadores de perfume con un plumero.

La sorpresa ha sido mayúscula cuando ha descubierto que los botes de fragancias tenían una capa de suciedad incrustada.

"Eso tiene solera", ha dicho la trabajadora ante la cara de estupefacción del jefe infiltrado.