Alicia Coronel, la CEO de Alvato Luxury, se enfrenta cara a cara a Sebas, uno de los encargados de la limpieza a domicilio de vehículos. Este servicio, que lleva solo unos meses en funcionamiento, preocupaba especialmente a la jefa infiltrada. Ella dudaba de que estuviera a la altura del resto de las opciones que la empresa ofrece y, tras su infiltración, ha comprobado que tenía razón en estar insegura.

"Después de lo que he visto, tengo que decirte que el servicio que brindas no está a la altura", reconoce con tristeza ante su empleado, que afirma no estar de acuerdo con esta conclusión. Sin embargo, la jefa tiene una lista de razones para hacer esta afirmación. "Me has mandado a que amarre la limpiatapicerías y la aspiradora sin ningún tipo de explicación y encima, luego no revisaste". "Tú no la amarraste bien la máquina", acusa él sin reconocer sus errores.

"Echar la culpa a los demás es muy sencillo, Sebas. Para mí es de muy mal compañero", le dice Alicia Coronel, que sigue enumerando todos los fallos, desde la equivocación en la dirección a la que tenían que acudir, hasta los retrasos. "¿Crees que eres capaz de cumplir las características específicas del servicio a domicilio. Porque si no eres capaz, lo resolvemos en un minuto", amenaza.

Coronel fue testigo durante su infiltración de cómo Sebas regalaba extras a los clientes para compensar sus errores. "Yo no puedo dejar que por tu ineficacia te cargues los beneficios de la empresa", le espeta la jefa. Por si fuera poco, limpió las alfombrillas en la calle, en la acera, algo que está "totalmente prohibido". "Además, es multable", recalca la CEO.

Sebas reconoce por fin que tiene la culpa de algo. "Por fin das la razón".