Una concha y una flecha amarilla marcan los senderos de las rutas oficiales del Camino de Santiago. Sin embargo, los peregrinos deben tener cuidado, porque hay quien ha decidido pintar sus propias flechas. Periódicamente, se publican noticias que denuncian la modificación de estas señales. Algunas son bromas de mal gusto a los peregrinos, pero la mayoría marcan un desvío interesado.

Nos desplazamos a una de las etapas del Camino francés, a su paso por El Bierzo. El Camino oficial continúa por la Nacional 6, pero unas flechas que no coinciden ni en tamaño ni en forma con las oficiales, desvían al peregrino hacia la localidad de Voltilla de Arriba. Este pueblo leonés de 85 habitantes fue paso de peregrinos en el siglo XV, aunque desde 1993 ya no es camino oficial. El desvío por el pueblo alarga tres kilómetros la ruta a los peregrinos. La dueña de un albergue podría enfrentarse a una multa de 1.000 euros por manipular flechas.