Unas flechas que no coinciden ni en tamaño ni en forma con las oficiales desvían a los peregrinos hacia la localidad de Valtuille de Arriba, lo que alarga la ruta tres kilómetros a los peregrinos. Equipo de Investigación se desplaza al pueblo, donde una vecina defiende que "el fin de esas flechas pintadas es la protección", ya que, según dice, "por el otro lado no hay fuentes".

Además, preguntamos a la dueña de un albergue si sabe quién ha pintado las flechas que desvían a los peregrinos al pueblo, y la mujer reconoce que es la autora de ellas. "¿Puedes borrar eso?", pregunta una vecina al escuchar la confesión de la dueña del albergue, a lo que añade que está "metiendo en un compromiso" a la dueña del albergue, quien podría a enfrentarse a multas de unos 1.000 euros por manipular las flechas. "Yo las he pintado, primero, para evitar la peligrosidad, y, segundo, ya que nosotros hemos abierto un albergue, que los peregrinos tuvieran la opción de quedarse", defiende la mujer, quien asegura que no se mueve "por intereses económicos".