Dos de las víctimas de la banda criminal escaparon. Sin embargo, Josetxu, un informático vasco, fue asesinado. Su coche, de alta gama, fue puesto a la venta por 20.000 euros de lo que costaba tras su desaparición.
Localizamos a la persona que compró el vehículo del informático un día después de su desaparición, que cuenta que no sospechó de que podía ser un coche robado. "Me dio todo, el carnet de su padre y me dijo que el padre lo quería vender", afirma. Ese día le pagó 11.000 euros por el coche.
Los agentes revisaron las cámaras de seguridad de este supermercado y vieron al vendedor: era Mohammed Achraf, un marroquí de 35 años. El hombre vivió en Vinarós, donde se casó y tuvo tres hijos. Conseguimos contactar con su exmujer.
"Yo solo te puedo decir que he estado 11 años con él y es una persona tranquila y no ha tenido problemas hasta ahora en Vinarós", defiende la mujer. Sin embargo, Achraf tiene una larga lista de antecedentes policiales: tráfico de drogas, lesiones, malos tratos, robo con fuerza y también le detienen por desórdenes públicos y acoso.
En las redes sociales, los agentes vieron que Mohammed posaba en actitud cariñosa con la joven que contactaba con las víctimas. No es ni Dulce Ángel, ni Daniela, ni Bella. Su nombre real es Angeline. Ella misma publicó la imagen que se puede ver en el vídeo para celebrar su primer mes de relación con el marroquí. Los investigadores se fijan en uno de los comentarios de la foto. Es de José Antonio felicitando a la pareja, el tercer miembro de 'la banda del Badoo'.
La Guardia Civil ya tenía pruebas de que detrás de la desaparición del informático de Getxo había una organización criminal que seguía a rajatabla un mismo 'modus operandi': usaban la red social Badoo para contactar con las víctimas. Siempre eran hombres de mediana edad y el móvil de sus asaltos era económico. Además, utilizaban una extrema violencia para conseguir su propósito. Les bautizaron como 'la banda del Badoo'.
El papel que tenía cada miembro de la banda
José Carlos Fuertes, psiquiatra forense, indica que "cada uno tiene en esta banda criminal un papel perfectamente delimitado". "Angeline es la bella, el gancho, la que efectúa las relaciones. La que instaura el primer contacto y, por tanto, parte importantísima de esta trama criminal con su belleza, sus poses, su forma de hablar y sus incitaciones. Es ponerle la miel en la boca a esa persona que va a picar", explica Fuertes.
Por su parte, José Antonio, según señala el psiquiatra forense, "es un sujeto de menor nivel, más simplón, parecería que fuera el colaborador necesario para la ejecución de los delitos". "Es un elemento intimidatorio más que utilizan para sus desmanes", añade.
"Y Mohammed es el jefe, sin lugar a dudas. Es el que dirige toda esta historia, un hombre violento, agresivo, que tiene una corpulencia física importante y una capacidad de delinquir también demostrada", afirma José Carlos Fuertes, añadiendo que "es un sujeto que se siente seguro".
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