La joven Dolores, de 17 años, cuidaba de su hermano Isidro, de 5, en el hospital de Manresa. Estaban en la habitación 229 y cuando se hizo de día los dos desaparecieron sin dejar rastro. A partir de ese momento, en septiembre de 1988, se puso en marcha un dispositivo de búsqueda que sigue sin arrojar frutos. Equipo de Investigación recordó el caso en un programa de 2017 que laSexta volvió a emitir el pasado sábado.
Enrique Pérez, expolicía y jefe de la investigación, analizó cada detalle. El caso es la espina clavada en más de 40 años de servicio.
Según explicó a Equipo de Investigación, "la cama está deshecha y el armario bien ordenado cuando los hermanos desaparecen". Todo sin que hubiera signos de violencia, "eso significa que no han sido obligados", añadió.
Sobre la mesilla de la habitación se quedaron unas gafas que la madre reconoció como de Dolores. La joven tenía tres y cuatro dioptrías. Para la Policía es todo muy extraño. ¿Pudo ella orientarse y caminar con un niño de 5 años en brazos sin que nadie en el hospital les viera?
Equipo de Investigación se desplaza hasta el lugar donde la familia residía en aquella época, a 3,5 kilómetros del centro de Manresa, un barrio aislado, entre montañas, casi abandonado. Allí los vecinos recuerdan al matrimonio Orrit y a sus 14 hijos como humildes.
Por otro lado, Equipo de Investigación desveló una conversación de un tío de los niños que sería clave en la desaparición. Puedes ver el momento en el vídeo que se incluye a continuación.
*El contenido al que hacer referencia la información forma parte de un programa de Equipo de Investigación de 2017 que laSexta volvió a emitir el pasado sábado.
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