En la tarde del mismo día de la desaparición del empresario Juan Miguel Isla, el cuartel de la Guardia Civil de Manzanares recibe una llamada. "Yo me preocupé muchísimo. Sentía como algo muy extraño, algo malo. Por eso pensaba que había tenido un accidente, que tenía que estar en medio del campo por un golpe de calor", cuenta a Equipo de Investigación Nardy Molina, mujer de Isla. Inmediatamente, se prepara una denuncia que hace saltar las alarmas.
"Hago la denuncia y la agente que la prepara la marca como desaparición de alto riesgo", añade Molina, quien explica al programa que, una vez concluido el trámite, se encontró en la puerta del cuartel con el que se convierte en el principal sospechoso de su desaparición, el también empresario Antonio Caba: "Empezó a transpirar, dijo que le había dado mucho dinero y que puede que se hubiera ido a ocultarlo en un pozo y que cayera por accidente. Todo lo que decía me parecía sospechoso".
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Hemeroteca, 'Equipo de Investigación'
El 'loco del chándal' elegía sus victimas con un perfil concreto: delgadas, bajitas, con el pelo largo y ropa ajustada
"Siempre que veía algún pantalón tejano ajustado, o algo similar, la casuística nos decía que atacaba", reveló Luis Lobera, inspector de la Policía Nacional, a Equipo de Investigación, en un reportaje sobre el caso del 'loco del chándal'.