Daniel Bautista tenía solo 12 años cuando un hombre abordó a su madre en una rotonda y le disparó hasta en ocho ocasiones. Él fue el único testigo del asesinato de su madre Mercedes y, aunque también le dispararon, no consiguieron matarle. Solo recibió un disparo en la pierna del que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente.

Los vecinos, al escuchar el sonido de los disparos, salieron a asistirlos. A la madre la dieron por muerta al verla llena de sangre, mientras que al niño lo sacaron del coche y se lo llevaron a un parque.

"No le llegó a afectar en nada a la pierna, pero sí le quedaron trastornos de cabeza", explica Sheila Bautista, hermana mayor de Daniel e hija de Mercedes, a un reportero de Equipo de Investigación. "Estuvo con Psiquiatría, con medicación, e intentó suicidarse", cuenta, y añade: "Han sido unos años criminales, porque a la final él lo vivió todo".