Ricardo Moure explica en La Roca cómo es posible que los aviones vuelen y aclara que la clave está en la forma de sus alas, que no son planas sino curvas. El aire pasa por ellas tanto por debajo como por arriba y las partículas del aire llegan al mismo tiempo al final del ala, aunque, por arriba, el recorrido es mayor y el aire pasa más rápido que por abajo.
Esto provoca que la presión del aire en la parte superior sea menor que en la parte de abajo favoreciendo que el avión se levante del suelo para despegar, algo que se conoce como efecto Bernoulli. Pero, en el vuelo de un avión también interviene otro efecto llamado Coanda.
El experto indica que los fluidos, como el agua y el aire, tienen a interactuar con las superficies de los objetos, sobre todo si son curvos, pegándose a la superficie. Es lo que ocurre con el viento en el ala del avión, por eso este es capaz de navegar por el aire.