En la actualidad, las redes sociales se han convertido en un foco de odio continuo. Cada día son más los 'haters' que envían mensajes de odio utilizando palabras clave para evitar que las plataformas censuren sus publicaciones.
A raíz de esta práctica nacen los 'trusted flaggers', o mejor dicho, surge el negocio del odio. Esta nueva figura es experta en buscar los mensajes de odio en Internet, una vez que los tienen reclaman a las redes sociales su eliminación. Es decir, la persona que contacte con ellos podrá eliminar todo lo negativo del él o ella que hay en la web.
Desde La Roca, Ramón Espinar, uno de los colaboradores del espacio de laSexta, hace la siguiente reflexión sobre el tema.
"Creo que a veces tenemos una óptica un poco infantil a la hora de hablar de ciertas cosas", comienza diciendo Espinar. "Tratamos de buscar un ente que nos resuelva un problema de una forma rápida", añade para después explicar cuál es el verdadero problema para él.
"El problema es que nuestra sociedad está albergando una forma de relacionarse y comunicarse en las redes sociales que es profundamente tóxica", apunta. Asimismo, señala que el "anonimato" es uno de los grandes problemas de las redes sociales.
Por otro lado, Ramón Espinar considera que todos tenemos cierta responsabilidad para combatir los mensajes de odio, al igual que los bulos que aparecen en Internet. "Tenemos la responsabilidad", comenta y añade que, en el caso de "los medios de comunicación", si deber es "no hablar como hablan los odiadores" y no seguir su esquema de trabajo para generar más visitas.