Este año marca el 50º aniversario de la Unión Militar Democrática (UMD), un grupo de oficiales del ejército español que en los últimos años del franquismo intentó transformar las estructuras militares en favor de la democracia. Fundada con la intención de convertir el ejército en un aliado de la libertad, la UMD promovía principios fundamentales como el respeto por los derechos humanos, la convocatoria de Cortes Constituyentes elegidas por sufragio universal, la amnistía para presos políticos y el combate contra la corrupción, según el historiador Roberto Muñoz Bolaños.

A pesar de su noble causa, la UMD enfrentó una dura resistencia dentro de las fuerzas armadas, que en aquel entonces contaba con alrededor de 10.000 oficiales. Con apenas 200 miembros, la influencia del grupo fue limitada y su activismo pronto desató una serie de represalias. En 1976, sus miembros fueron detenidos, juzgados y condenados a penas de prisión que oscilaban entre dos y ocho años. Aunque una amnistía posterior les liberó de las penas de cárcel, la UMD no fue readmitida en el ejército, lo que reflejó la preocupación del gobierno de la transición por evitar un posible levantamiento militar.

El temor a que la UMD pudiera incitar un golpe de Estado o desestabilizar el proceso democrático llevó a su exclusión definitiva. No fue hasta 1986, bajo el gobierno socialista, que se les permitió reingresar al ejército, aunque bajo la condición de pasar inmediatamente a la reserva. Esta medida buscó mitigar la tensión con los militares conservadores y asegurar la estabilidad durante la transición.

Hoy, a más de 30 años de su reintegración, el legado de la UMD sigue siendo objeto de discusión. Los ex miembros de la UMD continúan enfrentando desconfianza y dificultades dentro del ámbito militar.