Un cambio de paradigma
'Se acabó' estar solas: las jugadoras dan una lección de unidad y apoyo a Jennifer Hermoso durante el juicio a Rubiales
Juicio histórico Las campeonas del mundo logran que un presidente de la Federación Española de Fútbol se siente en el banquillo, destapando las coacciones sufridas y rompiendo con la narrativa de la 'víctima perfecta'.
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El juicio a Luis Rubiales por el beso no consentido a Jennifer Hermoso está llegando a su fin con un resultado histórico. Las campeonas del mundo han logrado que un presidente de la Federación Española de Fútbol se siente en el banquillo de los acusados, y la Fiscalía ha pedido una condena de dos años y medio de prisión para él. Un juicio que comenzó con un rotundo 'Se acabó'.
Este grito fue el inicio de un largo proceso. 'Se acabó' estar solas: desde el primer momento, las jugadoras demostraron lo que es una verdadera organización colectiva, brindando su apoyo incondicional a Jennifer Hermoso. Las mejores futbolistas del mundo confirmaron ante el juez la versión de su compañera y destaparon las coacciones sufridas por parte de quienes, hasta entonces, fueron sus jefes.
'Se acabó' la idea de la 'víctima perfecta', esa constante lupa sobre lo que hizo o dejó de hacer. Jennifer Hermoso dejó claro desde el principio que esto no se trata de cómo ella reaccionó, sino de lo que Rubiales hizo. "Mi actitud no cambia lo que sentí. No tengo que llorar para demostrar que no me gustó", afirmó.
La fiscal insistió con fuerza en la necesidad de erradicar la práctica de cuestionar el comportamiento de la víctima, 'se acabó'. "¿Hasta cuándo vamos a exigirle a la víctima de una agresión sexual un comportamiento heroico?", planteó.
A pesar de los intentos de la defensa de Rubiales, que continuó minimizando la situación, este jueves 'se acabó' la minimización de lo que puede ser una agresión, se habló claramente de consentimiento, dejando atrás términos como "piquito". La justicia ha comenzado a tomar en serio la palabra de las mujeres, y la Fiscalía ha solicitado más de dos años de cárcel para Rubiales y aquellos que intentaron silenciar a las víctimas.
Este juicio no solo ha sido crucial para Jennifer Hermoso, sino también para sentar las bases de un cambio de paradigma en el tratamiento de las agresiones sexuales.