En un giro futurista, Mastercard está liderando el camino hacia un nuevo método de pago que podría cambiar la forma en que realizamos transacciones financieras. Para el año 2030, podríamos decir adiós a las tarjetas de crédito convencionales y dar la bienvenida a un sistema de pago biométrico revolucionario.

La compañía está planeando eliminar parcialmente las tarjetas de crédito en favor de un sistema donde los números de tarjeta serán reemplazados por 'tokens' aleatorios, lo que significa que cada transacción generará un nuevo número único. Pero aquí viene lo sorprendente: en lugar de ingresar estos números, escanearemos partes de nuestro cuerpo para confirmar nuestras compras.

Imagina pagar solo con un escaneo de tu palma, tu iris o tu huella dactilar. Este futuro ya está en marcha. En China y algunas tiendas de Estados Unidos, ya se están utilizando escaneos de la palma de la mano para autorizar pagos. Y esto es solo el principio. Los datos biométricos estarán vinculados a nuestras cuentas bancarias, lo que proporcionará un nivel adicional de seguridad contra el fraude y el robo de identidad.

Cronología de la tarjeta de crédito

La primera tarjeta de crédito es de 1950, en Estados Unidos, pero en España la primera llegó de la mano del Banco Bilbao en 1971. Primero tenían los números troquelados en el plástico, después llegó la banda magnética, donde guardabas tus datos y tu número de cuenta y a partir de ahí ha sido una revolución.

En los años 90 pasamos de deslizarlas a insertarlas gracias a los chips en tarjetas y ahora ya ni las insertamos porque en 2008 llegó el contacless, el pago acercando la tarjeta al datáfono. En España hay más de 85 millones de tarjetas entre crédito y débito, pero las está desplazando el móvil, con el que se puede pagar desde 2014.

Las primeras tarjetas de crédito se pusieron en marcha en la década de 1950 y tenían troquelados en el plástico. Después llegaron la banda magnética, los chips en las tarjetas y el contacless. Hasta el surgimiento del pago móvil en 2014, hemos recorrido un largo camino en la evolución de los métodos de pago. Ahora nos preparamos para una nueva era donde nuestras manos y nuestros ojos serán nuestras llaves para el comercio.