En su visita a Grecia, Alberto Núñez Feijóo ha elogiado la política migratoria del primer ministro Kyriakos Mitsotakis, un enfoque que ha sido calificado por distintas organizaciones como "agresivo", "excesivo" e "infrahumano". A lo largo de 2024, hasta julio, más de 23.200 migrantes irregulares han llegado a las costas griegas, lo que representa un incremento del 99% en comparación con el año anterior. Este aumento ha llevado al gobierno griego a endurecer sus medidas, recurriendo a devoluciones forzosas y bloqueos en la frontera, especialmente a migrantes procedentes de Turquía.

Sin embargo, la gestión migratoria del gobierno griego ha suscitado fuertes críticas por parte de ONG y organismos internacionales como Amnistía Internacional. En particular, la guardia costera griega ha sido acusada de negligencia en los rescates de migrantes en el mar. Un informe de la BBC revela que, entre 2020 y 2023, las acciones de las autoridades griegas provocaron la muerte de al menos 43 personas debido a naufragios, retornos violentos y falta de asistencia en alta mar.

Los migrantes que no son devueltos de inmediato son trasladados a centros de detención que, según un informe de Médicos Sin Fronteras, "niegan la dignidad básica y la seguridad". Estos centros están rodeados de vallas de alambre, con videovigilancia invasiva, condiciones insalubres y cortes de agua frecuentes. Pese a las crecientes denuncias, Feijóo ha alabado la firmeza de la gestión migratoria griega, lo que ha generado un intenso debate sobre las políticas europeas en materia de migración.