Desde este martes, todas las miradas están puestas en Teresa Ribera, la futura vicepresidenta ejecutiva y comisaria de Competitividad, y en Andrius Kubilius, quien asumirá la cartera de Defensa. Kubilius, conocido por su papel destacado en el movimiento antisoviético lituano, se convierte en un símbolo de la resistencia europea contra Rusia.
Nacido en 1953 en una Lituania aún parte de la Unión Soviética, Kubilius ha llevado su aversión al régimen de Putin, forjada en su juventud y en su participación en el movimiento separatista Sąjūdis, a todos sus cargos políticos. Fue primer ministro lituano en dos ocasiones, la última hasta 2012, representando a los conservadores de la Unión Patriótica.
Más Noticias
- Cuatro situaciones en las que pueden faltar al trabajo sin recibir sanción durante la DANA
- Los motivos por los que no hay cifras oficiales de muertos ni de desaparecidos tras la DANA de Valencia
- Ocho bulos en plena DANA: de los escoltas del rey en el barrio de La Torre a los falsos tickets en el parking de Bonaire
- En 72 horas a Bilbao llegaron 10.000 soldados en su inundación de 1983; a Valencia, 7.500 en una semana
- Dos versiones, dos 'Mazones' en menos de tres días: así ha actuado el líder valenciano ante la DANA
Su postura firme contra Putin ha sido inquebrantable, especialmente desde el inicio de la invasión de Ucrania. Kubilius ha calificado al presidente ruso de "criminar de guerra", comparándolo con "el Hitler del siglo XXI", y ha exigido su juicio como tal. Como eurodiputado desde 2019 por el PP europeo, ha defendido una postura dura contra Moscú, abogando por el bloqueo de suministros rusos y sanciones severas. Además, ha impulsado un apoyo militar continuo a Ucrania, instando a los países europeos a destinar el 0,25% de su PIB a este fin, y ha rechazado cualquier diálogo con Putin como solución al conflicto.
Cronología de las contradicciones
Dos versiones, dos 'Mazones' en menos de tres días: así ha actuado el líder valenciano ante la DANA
Las constantes variaciones en las declaraciones del presidente de la Generalitat sobre la intervención militar y la gestión de la crisis han sembrado confusión, cuestionando su liderazgo en un momento crítico.