Aranceles recíprocos

Los aranceles a la vuelta de la esquina: lo que debes comprar y lo que conviene esperar

Los detalles
Con los aranceles del 25% a productos estadounidenses a punto de activarse, la clave está en anticiparse a los aumentos de precio en tecnología y vehículos, mientras que otros artículos podrían bajar.

Los aranceles a la vuelta de la esquina: lo que debes comprar y lo que conviene esperar

La Unión Europea activará un paquete de aranceles del 25% sobre una amplia gama de productos estadounidenses. La medida, que responde a una escalada de tensiones comerciales con Washington, amenaza con alterar de forma drástica los precios de bienes de consumo, tecnología, transporte y vivienda. Y la pregunta que sobrevuela a estas alturas en muchos hogares europeos no es geopolítica, sino mucho más directa: ¿qué compro ya y qué me conviene dejar para más adelante?

Entre los productos que sufrirán una subida inmediata están los de la firma Apple. Aunque la mayoría de componentes se fabrican en Asia, el ensamblaje final y la distribución desde EEUU los convierten en objetivo directo de los nuevos aranceles. iPhones, iPads, AirPods y otros dispositivos podrían encarecerse entre un 30% y un 40% en cuestión de días. En este caso, la recomendación de los analistas es unánime: si estás pensando en renovar dispositivo, hazlo ya o contempla seriamente cambiar de marca.

El sector automovilístico también entra en zona de riesgo. Washington baraja imponer aranceles a productos europeos —especialmente vino, aceite y automóviles— a partir del 15 de abril, y Bruselas ya prepara una respuesta recíproca. Comprar un coche de marca estadounidense tras esa fecha podría suponer hasta un 20% más de gasto. Aquí, la alternativa es clara: optar por fabricantes europeos o coreanos, que se beneficiarán además de una mayor oferta de stock no afectado por el conflicto.

Pero no todo subirá. En productos como microchips, baterías, tablets genéricas o dispositivos de fabricantes asiáticos, el impacto será mucho menor: EEUU se ha mostrado más conciliador en este terreno, sabedor de su dependencia de la exportación tecnológica. Además, el mercado europeo cuenta con un elevado stock de productos fabricados antes del conflicto, que deben ser colocados. Esa sobreoferta podría presionar los precios a la baja en los próximos meses. En este terreno, esperar puede suponer un ahorro.

Las represalias de EEUU sobre productos europeos podrían tener un efecto inesperado: un abaratamiento generalizado de ciertos bienes. Vino, aceite, queso y otros productos con gran salida en el mercado estadounidense podrían ver cómo sus exportaciones caen, obligando a recolocar excedentes en el mercado interno. Resultado: mayor oferta en Europa, caída de precios.

Algo similar ocurre con el petróleo. En cualquier escenario de desaceleración —y es lo que ya anticipan los mercados— el precio del crudo tiende a bajar. Ya se está viendo, y en los próximos meses podríamos pagar menos por llenar el depósito. No de forma inmediata, pero sí sostenida.

Vivienda: ¿comprar ahora o esperar?

El mercado inmobiliario es, como casi siempre, más complejo. Por un lado, una escalada arancelaria sobre acero, aluminio y maquinaria encarecería los costes de construcción. Comprar vivienda hoy podría evitar esas subidas. Pero si la tensión comercial se traduce en una desaceleración prolongada, como auguran muchos analistas para los próximos 12 a 18 meses, los tipos de interés podrían bajar, abaratando hipotecas y empujando los precios a la baja. En este escenario, esperar sería más rentable.

No obstante, si el alquiler sigue encareciéndose, como ya está ocurriendo en muchas capitales europeas, podría intensificarse la demanda de compra, elevando de nuevo los precios. En otras palabras: si puedes permitirte esperar, quizás te beneficies; si no, el momento para comprar es ahora.