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Arturo Torró no ha sido el único: los otros asesinatos de políticos que causaron conmoción en España
¿Qué pasó? La muerte violenta del exalcalde de Gandía recuerda a trágicos casos como los de Javier Ardines, Isabel Carrasco y Miguel Grima, donde la política y las venganzas personales se cruzan en actos de extrema violencia.
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El exalcalde de Gandía, Arturo Torró, conocido por su vinculación al Partido Popular, ha sido hallado muerto en una cuneta, con signos de violencia extrema: estrangulamiento y un disparo en el pecho. La policía ha abierto una investigación, aunque las primeras declaraciones apuntan a que no se trata de un crimen político. Sin embargo, la naturaleza del asesinato ha suscitado comparaciones con otros asesinatos de figuras políticas.
El crimen pasional de Javier Ardines: la tragedia que sacudió Llanes
El asesinato de Javier Ardines, concejal de Izquierda Unida en Llanes, fue un trágico acto de venganza personal que conmocionó a toda la región. Pedro Nieva, concejal de Izquierda Unida y amigo cercano de Ardines, sospechaba que su esposa le era infiel con él.
Durante una comida en la que se encontraban los tres, Nieva aprovechó un momento para levantarse, dejando su móvil grabando sobre la mesa. Al revisar la grabación, sus peores temores se confirmaron. En la grabación, su esposa le decía a Ardines: "Si supiera este tonto, cómo calentamos tú y yo la casa".
Cegado por la traición, Nieva decidió tomar drásticas medidas. En lugar de hacerlo él mismo, contrató a dos sicarios argelinos a través de un intermediario. Pagó 25.000 euros a cada asesino y 10.000 al intermediario.
Una mañana, cuando Ardines se dirigía a pescar, los sicarios lo emboscaron. Lo rociaron con spray pimienta, lo golpearon con un bate y finalmente lo estrangularon.
La justicia no tardó en actuar. Los asesinos y Nieva fueron condenados a 22 años de prisión. El intermediario recibió una pena de 20 años, mientras que la esposa de Nieva, tras el asesinato, decidió divorciarse.
El asesinato de Isabel Carrasco: la fría venganza de una madre
El asesinato de Isabel Carrasco, presidenta de la Diputación de León, en mayo de 2014, es uno de los crímenes más impactantes de la política española. Carrasco fue abatida a tiros por Montserrat Gómez, madre de Triana Martínez, una militante del Partido Popular que había sido despedida por decisiones tomadas por Carrasco. Convencida de que la política había destruido la vida de su hija, Gómez planificó y ejecutó una venganza brutal.
Junto a su hija y una amiga policía, Montserrat Gómez, llevó a cabo el asesinato, disparando a Carrasco en plena calle. El juicio posterior reveló la frialdad del plan y el sufrimiento de la familia de la víctima, que, aunque finalmente fue exonerada de los cargos, ya había perdido a una madre en un acto de venganza sin compasión.
Montserrat Gómez y Triana Martínez fueron condenadas a 22 años de prisión. Raquel Gago, la cómplice en la ejecución y ocultación del arma, recibió una condena de 15 años.
El asesinato del alcalde de Fago: un crimen rural con un trasfondo personal
El asesinato de Miguel Grima, alcalde de Fago, es uno de los casos más insólitos en la crónica negra de España. Grima fue hallado muerto en una carretera de los Pirineos oscenses, con dos disparos en el pecho. En un pequeño pueblo de apenas 33 habitantes, sus decisiones autoritarias crearon una atmósfera de creciente animosidad entre los residentes.
Las investigaciones apuntaron rápidamente a Santiago Mainar, un ganadero local que inicialmente confesó el crimen. Sin embargo, Mainar se retractó de su declaración, sugiriendo que había sido presionado para involucrarse en el asesinato. A pesar de sus dudas, las pruebas en su contra lo llevaron a juicio, y fue condenado a 20 años de prisión. El caso sigue dejando preguntas sin respuesta: ¿actuó Mainar solo o hubo más personas involucradas en la muerte del alcalde?