El Banco de España, lejos de ser un banco comercial, juega un papel fundamental en la estabilidad económica del país. Su función principal es supervisar a todas las entidades bancarias nacionales para garantizar la solidez del sistema financiero. Una de las decisiones más influyentes es la regulación de los tipos de interés, un aspecto crítico para quienes tienen hipotecas, especialmente las de tipo variable. Aunque el Banco Central Europeo decide sobre los tipos de interés, es el Banco de España quien participa en las reuniones y votaciones que determinan las políticas monetarias que afectan a toda Europa. La próxima reunión del BCE será este miércoles y coincidirá con la toma de posesión del nuevo gobernador español.

Además de su rol en la política monetaria, el Banco de España supervisa operaciones bancarias significativas, como la reciente OPA del BBVA sobre el Sabadell. Aunque no evalúa la conveniencia de estas operaciones, el banco nacional asegura su viabilidad y conformidad con la normativa. También tiene la autoridad para exigir a los bancos que aumenten su capital, limiten el crédito a ciertos sectores o ajusten los préstamos para evitar riesgos financieros.

Otro aspecto crucial de su función es la gestión del dinero en efectivo, incluyendo la emisión y verificación de billetes y monedas. Las reservas de oro del país, que se guardan en una fortaleza subterránea con estrictas medidas de seguridad, suman 281 toneladas, equivalentes a casi 14.000 millones de euros, y se encuentran acompañadas por una colección invaluable de monedas.

Finalmente, el Banco de España también facilita la compra de deuda estatal y elabora informes que influyen en la política monetaria. Su independencia y la del próximo gobernador serán claves para mantener la estabilidad económica y financiera del país en un contexto europeo cambiante.