Una estrategia habitual

Así funciona el 'manual de Junts': presionar en un momento clave para la estabilidad del Gobierno

El contexto Puigdemont lanza un ultimátum al presidente del Gobierno y le acusa de no ser "de fiar". Ha aprovechado la negociación de los presupuestos y la Ley de Amnistía para aumentar la presión sobre Sánchez.

La estrategia de Junts

El líder de Junts y expresident de la Generalitat de Catalunya, Carles Puigdemont, ha dado una rueda de prensa desde el Press Club de Bruselas para pedir a Pedro Sánchez que se someta a una moción de confianza. Según Puigdemont, Sánchez "no es de fiar" y ha lanzado una 'amenaza': "Si no se somete a una cuestión de confianza, me parecería una grave irresponsabilidad, significando que ya no tiene nuestra confianza".

El líder de Junts se queja de que Sánchez no se posicionara cuando el Tribunal Supremo no aplicó la ley de amnistía a los condenados e investigados por malversación. Además, exige una gestión integral de los migrantes, que incluya la gestión de fronteras y permisos, y critica que Sánchez no se haya implicado lo suficiente para que el catalán sea una lengua cooficial en Europa.

Esta 'amenaza' y la solicitud de la moción de confianza forman parte de una estrategia habitual de Junts: presionar al Gobierno en momentos clave para su estabilidad. Aunque Junts tiene el poder de aprobar la senda de déficit o los presupuestos, el partido aprovecha estas circunstancias para obtener más concesiones.

Junts busca elevar el tono cuando el acuerdo está cerca. Este momento es importante, ya que no solo se negocian competencias sobre migración, sino que el PSOE enmarca este ultimátum como una demostración de fuerza de cara a los próximos presupuestos generales del Estado (PGE). Junts está utilizando esta situación como 'palanca negociadora': su objetivo es sembrar dudas sobre la negociación, demostrando que el Gobierno no tiene todo resuelto, y así conseguir más avances en sus reivindicaciones.

¿Qué saca Junts de un ultimátum como este?

Aunque la moción no prospere, Junts obtiene varios beneficios con este ultimátum. Necesitan generar inestabilidad en el Gobierno para mantenerse en el foco y mantener la importancia de sus siete diputados. Esto les permite mostrar que son clave en el Congreso y destacar como los 'duros', en contraste con ERC, a quienes presentan como los 'blandos'. Su protagonismo político depende de esta estrategia, especialmente después de las elecciones catalanas, donde perdieron votos y escaños a favor de la Alianza Catalana, y con un Govern socialista en Cataluña.

Hasta ahora, Junts ha seguido esta táctica de presión sin llevarla al extremo. Han devuelto a la comisión de Justicia la Ley de Amnistía que ellos mismos acordaron, siguen presionando para que se extienda a Puigdemont, y han logrado tumbar el techo de gasto, que es previo a los PGE. También han votado en contra de iniciativas como la regulación del alquiler vacacional y, sobre todo, han amenazado con hacer caer al Gobierno. Han dejado claro que, si el PSC no apoyaba una investidura de Puigdemont o si lo detenían cerca del Parlament, estarían dispuestos a apoyar una moción de censura del PP.

En todos estos meses, Junts ha demostrado su capacidad para generar un ambiente de inestabilidad, haciendo creer que todo puede colapsar, aunque finalmente todo siga adelante.