Mar-a-Lago, la lujosa mansión de Donald Trump en Florida, ha sido un epicentro de eventos de alto perfil y controversias desde su adquisición en 1985 por 10 millones de dólares. Este resort de lujo, que abarca más de 10.000 metros cuadrados, incluye un campo de golf, un club de playa y un salón de baile de casi 2.000 metros cuadrados. Con 126 habitaciones, el complejo no solo sirve como residencia privada para Trump, sino también como un hotel de lujo que ofrece estancias desde 2.000 euros por noche.

A lo largo de los años, Mar-a-Lago ha sido testigo de numerosas visitas de dignatarios internacionales. Entre ellos, el primer ministro chino, Xi Jinping, quien fue invitado para fortalecer las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China. Viktor Orbán, el primer ministro de Hungría, también ha pasado varias veces por el complejo, la última de ellas tras la cumbre de la OTAN, en una visita que suscitó polémica por su proximidad ideológica con Trump.

Sin embargo, una de las visitas más sonadas fue la del FBI. El 8 de agosto de 2022, la Agencia Federal de Investigación registró la mansión de Trump. ¿El motivo? Buscaba documentos confidencialesque, según informes, Trump había llevado de la Casa Blanca y almacenado en un baño de la mansión. El incidente fue calificado por Trump como un "abuso de poder atroz".

A pesar de las controversias, Mar-a-Lago continúa siendo un símbolo de lujo y poder, atrayendo a una clientela selecta que puede permitirse disfrutar de sus exclusivas instalaciones.