La cifra de palestinos desplazados en la Franja de Gaza a causa de los bombardeos de Israel ha ascendido a los 200.000, según las últimas informaciones de Naciones Unidas. Y ahora mismo, la operación de rescate de los ciudadanos españoles atrapados en Israel está viviendo un momento crucial. Tras cinco horas y media de viaje, el Airbus A-330 del ejército español se encuentra en el aeropuerto de Tel Aviv (Israel) para comenzar la repatriación de los 500 españoles que hay allí.

La capacidad de este avión es de 268 pasajeros. Pero ahí también se incluye a los pilotos y a la tripulación, que en este caso cuenta con un medico y un enfermero. Así que el espacio libre para los pasajeros es de 258. Esos son los españoles que este martes han despegado de Tel Aviv dejando atrás la pesadilla vivida en los últimos días. Pero no es el único avión que aterrizará en Israel. También ha partido un segundo avión del ejército. Lo ha hecho desde Torrejón, y llegará a primera hora del miércoles al aeropuerto de Tel Aviv para sacar al resto de españoles que esperan su repatriación. Sin embargo, solo van a poder volar aquellos españoles que estuviesen allí de turismo o por trabajo, no los israelíes que tienen doble nacionalidad. Para ellos en principio, no hay misión de rescate.

Esta misión de repatriación tiene sus complicaciones porque se trata de un país que está en guerra. Y moverse por sus calles conlleva un riesgo. Por eso trasladar a los españoles al aeropuerto no será fácil. Además, el papeleo para poder aterrizar un avión del ejército español en suelo israelí en estos momentos de máxima tensión es muy complicado. Pero una vez aterrizado el avión, las autoridades españolas tienen la certeza de que el aeropuerto es seguro y que no habrá problemas para regresar.

¿Han habido actuaciones similares recientes? Sí, la última gran misión fue la 'Operación NEO' este mismo año, en la que se buscaba sacar a 34 españoles de Sudán tras estallar allí la guerra. Aquella fue una operación muy complicada. Primero, porque el aeropuerto de la capital estaba tomado por las fuerzas sudanesas y tuvieron que buscar un aeródromo a 16 minutos de la embajada. Se activó un destacamento español que estaba en Yibuti. Ellos fueron los encargados de entrar en Sudán con vehículos blindados, recoger en la embajada a los españoles, llevarlos al aeródromo y desde allí volar a Yibuti. En Yibuti tomaron un vuelo que les dejó en Madrid. Todo un despliegue militar que funcionó a la perfección.