Ha roto la barrera del sonido

El Bell X-1, el avión que ya realiza viajes supersónicos y quiere poner fin a los fracasos de anteriores ultrasónicos

El Bellx1 ha completado un vuelo de prueba en el que ha roto la velocidad del sonido, acerando el proyecto para acometer viajes comerciales supersónicos en 2026 que reduciría a la mitad los trayectos.

Bell X-1,

El Bell X-1, es el avión que puede cambiar nuestras vidas. Este jueves ha completado con éxito una prueba en la que ha roto la velocidad del sonido en su trayecto, pudiendo reducir a la mitad los viajes aéreos comerciales en un proyecto que iniciaría sus vuelos en 2026.

No obstante, el Bell X-1 es el último de varios proyectos ultrasónicos que no cuajaron, como es el caso de su predecesor, el Concorde. En su caso, permitía viajar desde París o Londres a Nueva York en solo tres horas y media, pero fracasó en convertirse en algo habitual.

Primero, porque hacía muchísimo ruido. Eso provocaba que no se le permitiese volar por zonas habitadas, teniéndose que limitar a vuelos transatlánticos. Además, se trataban de vuelos muy caros que hicieron que el proyecto no fuese viable económicamente. Y a eso, por último, hay que sumarle un accidente. El único que tuvo el Concord en los 27 años que estuvo volando. Murieron todos sus ocupantes y provocó que a inicio de siglo sus aviones se vaciasen.

Antes todavía, en 1976 y cuando Francia y Reino Unido habían construido un avión de pasajeros hipersónico, Estados Unidos entró en pánico. Temían que su industria aeronáutica quebrase. Y Kenedy puso en marcha un plan para lograr que el país fabricase un avión que rompiese la velocidad del sonido, pero no lo lograron porque no fueron capaces de solucionar los sobrecalentamientos del morro ni el enorme ruido producido al romper la velocidad del sonido. Por eso a inicios de los 70, el proyecto quedó en el olvido.

Al igual que quedó el primer avión supersónico del mundo, el Tupolev TU-144. Un avión ruso que logró romper la barrera del sonido con pasajeros a bordo cuatro meses antes que el Concorde. Sin embargo, en su caso, tenía graves problemas de seguridad. Tanto que ningún país europeo lo compró. En sus 102 vuelos, acumuló 226 averías. Era tan poco seguro que solo le permitían volar con el 60% de su capacidad.

En cambio, los problemas que acabaron con el Concorde y el Tupolev parecen haber sido solucionados. El ruido ha sido el gran problema de los vuelos supersónicos y el Bell X-1 lo ha solucionado cambiando la estructura de su morro. Una posible solución que haría posible reducir a la mitad la duración de los grandes viajes en avión.