"Hemos abierto las puertas del infierno". Estas son las palabras del secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Es su enésima advertencia sobre el cambio climático y algunos dirigentes siguen pasando olímpicamente. El último caso, ha tenido lugar en Reino Unido, donde su primer ministro Rishi Sunak, por puro electoralismo, ha dado marcha atrás en los compromisos climáticos del país. El líder conservador permitirá cinco años más que se vendan coches gasolina y diésel. Cuando el tope para hacerlo estaba en el año 2030. Y lo mismo para los británicos que tenían que cambiar su calentador de gas.

Sin embargo, este no es el único caso. En Berlín, su alcalde, conservador también, se quiere cargar la zona peatonal y los carriles para bicicletas que atraviesan una de las calles más comerciales de la ciudad. Kai Peter Wegner dice que la capital alemana tiene que ser "más acogedora" para los coches. Algo parecido ha ocurrido en España. PP y Vox están estrenando sus gobiernos eliminando carriles bici. De momento, han empezado o anunciado las obras en Valladolid, Elche, Palma de Mallorca, Gijón y Logroño. Y en Badalona, su alcalde, del PP, Xavier García Albiol ha señalado que quiere haya más espacio para los coches. Por eso, ha decidido que en su ciudad, la zona de bajas emisiones no va a entrar en vigor hasta 2027. Cuando por ley lo tiene que hacer el próximo año.

Actualmente en España, hay 18 ciudades en nuestro país (Tres Cantos, Valdemoro, Motril, Barakaldo, Ferrol, Cerdanyola del Vallès, Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María, Mijas, Calvià, Orihuela, Aranjuez, Coslada, Arganda del Rey, Telde, San Cristóbal de la Laguna, Granadilla de Abona y Arona) que deberían de llevar nueve meses con la zona de bajas emisiones activa. De manera obligatoria. Sin embargo, estas 18 ciudades ni siquiera han empezado los trámites para poner en marcha las restricciones a los vehículos más contaminantes. Por lo que como dice el secretario general de la ONU, "as puertas del infierno se han abierto para todos.