Hace una década, el rey Felipe VI se comprometió a transformar la Casa Real española en una institución "íntegra, honesta y transparente". Desde entonces, han ocurrido cambios significativos, aunque el camino hacia la plena transparencia sigue siendo un trabajo en progreso.

En los últimos dos años, la Casa Real ha dado pasos importantes hacia una mayor apertura. La creación de un portal de transparencia en su sitio web marcó un hito, revelando retribuciones de altos cargos, contratos adquiridos por Zarzuela y detalles de donaciones y regalos recibidos anualmente. Además, someten su contabilidad a auditorías externas del Tribunal de Cuentas.

Sin embargo, persisten áreas de opacidad. Aunque se conoce la asignación en los presupuestos generales del Estado, no se detalla el gasto total, incluyendo desplazamientos y seguridad. La falta de transparencia sobre si Juan Carlos I origina algún gasto indirecto o los bienes que posee la Casa Real como institución -mobiliario o vehículos- también genera interrogantes.

Además de los esfuerzos por la transparencia, Felipe VI ha implementado medidas de regeneración. Poco después de ser proclamado rey de España, redujo al 20% su propio salario -aunque el de ahora sea mayor que entonces-, renunció a la herencia de su padre y le retiró su asignación. Tras el escándalo del caso Nóos, redujo los miembros de la familia real a seis -sus padres, la reina y sus hijas-, ha mostrado mayor cercanía con los ciudadanos: abrió Marivent al público y ha frenado la concesión de títulos nobiliarios que era desenfrenada en el pasado.