227 fallecidos y un desaparecido
Cinco meses de la DANA... Y las explicaciones de Mazón siguen sin convencer
Los datos 306.000 personas siguen afectadas y la reparación de los daños podría superar los 17.800 millones de euros, mientras las respuestas de Mazón siguen siendo insuficientes.

Se cumplen cinco meses desde que la Comunitat Valenciana sufrió el azote de una DANA que dejó 227 muertos y una persona desaparecida. Un fenómeno meteorológico que afectó a más de 306.000 personas, de las cuales una significativa parte, cerca de la mitad, eran personas mayores y migrantes, comunidades especialmente vulnerables ante la magnitud de la tormenta.
A pesar de los esfuerzos en la recuperación, el manejo de la emergencia por parte de la administración autonómica sigue siendo objeto de polémica y se encuentra bajo investigación judicial. Las preguntas sobre las decisiones y la falta de acción en momentos críticos continúan sin respuesta.
La tormenta, que provocó lluvias torrenciales, causó daños materiales incalculables. 11.242 viviendas resultaron afectadas, con estructuras destruidas o parcialmente dañadas, y 140.000 vehículos fueron arrastrados o inutilizados. El coste estimado para recuperar los daños es de 17.800 millones de euros. Sin embargo, lo que más conmociona a la sociedad es la falta de eficacia y celeridad en las respuestas por parte de las autoridades locales, y la indignación por la tardanza en las intervenciones necesarias para salvar vidas.
En el epicentro de las críticas se encuentra el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón. Su ausencia en las horas más críticas de la DANA, cuando la tormenta arremetió con mayor fuerza, ha sido ampliamente señalada. En medio de esta crisis, la figura de Mazón ha estado bajo una presión constante. Las críticas alcanzaron incluso a la iglesia, que no dudó en pronunciarse sobre el comportamiento de los responsables políticos.
El monje Monserrat, Josep Miquel Bausset, fue especialmente duro al afirmar: "Aquel político que comía y bebía mientras 228 personas morían", refiriéndose a la inacción y falta de presencia de Mazón en los momentos más cruciales. El president, a pesar de las críticas, no se reunió con las víctimas hasta pasadas 21 semanas, y lo hizo únicamente con cuatro de ellas, en un gesto que muchos interpretaron como insuficiente.
Mientras tanto, Mazón ha insistido en que sus puertas permanecen abiertas para las víctimas, pero sus palabras parecen no haber sido suficientes para clamar la desconfianza. En los últimos días, la única noticia positiva para el president ha sido el apoyo de Vox a sus presupuestos, lo que, por el momento, le ha permitido mantener su estabilidad política, aunque su gestión sigue siendo cuestionada por la sociedad.
La investigación judicial sobre la gestión de la DANA por parte de la Generalitat Valenciana se está llevando a cabo en el Juzgado númeor 3 de Valencia. La causa se centra en presuntos delitos de homicidio y lesiones por imprudencia, ya que la administración autonómica pudo haber evitado parte de la tragedia si se hubieran tomado las medidas adecuadas a tiempo.
Dos ex altos cargos de la Generalitat, Salomé Pradas, ex consellera de Justicia e Interior, y su número dos, Emilio Argüeso, ya se encuentran imputados en el caso. La jueza a cargo de la causa no ha dudado en mostrar su dureza en el auto judicial, en el que critica de manera severa el procedimiento seguido por el gobierno regional.
Uno de los aspectos más controvertidos de la gestión de Mazón fue la tardanza en los avisos a la población. La jueza ha subrayado que el aviso enviado a las 8:11 de la noche fue "tardío y erróneo", lo que, según expertos, impidió que muchas personas pudieran tomar medidas preventivas a tiempo.
A pesar de la "ingente información" que poseían las autoridades, la respuesta fue "inexplicable" y careció de la urgencia necesaria. La falta de un protocolo eficaz de comunicación y la ausencia de una estrategia clara para afrontar la emergencia han sido factores determinantes en la magnitud de la tragedia.
Han pasado ya 150 días desde aquella fatídica jornada, y las explicaciones de Mazón ante la opinión pública siguen sin convencer a las víctimas y a los ciudadanos. La presión sobre el president crece, y aunque su gestión se está llevando a cabo en medio de un contexto político complicado, la sensación general es que la Generalitat no estuvo a la altura de las circunstancias.