Una empresa californiana ha desarrollado una mantequilla sintética elaborada a partir de dióxido de carbono (CO2), sin utilizar grasas animales. La compañía asegura que este nuevo producto "sabe exactamente igual que la mantequilla que ahora comemos" y está planeando su comercialización para el año 2025.

El proyecto ha despertado un notable interés, atrayendo a inversores como Bill Gates, quien ha elogiado el producto y se ha convertido en uno de sus principales apoyos financieros. "Estoy maravillado con los resultados", declaró Gates tras probar la mantequilla sintética, destacando su potencial para revolucionar la industria alimentaria y contribuir a la reducción del calentamiento global.

El objetivo principal de esta mantequilla, libre de componentes de origen animal, es reducir la huella de carbono, un concepto que mide la cantidad de gases de efecto invernadero que genera una entidad, ya sea un país, una empresa o un individuo. Este enfoque se ha popularizado en las últimas décadas, en parte debido a campañas publicitarias de grandes compañías, como la petrolera British Petroleum (BP), que hace 20 años lanzó un anuncio preguntando a los consumidores por su huella de carbono e invitándolos a reducirla.

Esta era la primera vez, que esté documentado, que se hablaba masivamente de la huella de carbono. La petrolera BP explica rápidamente qué es y presume de que está trabajando para reducir la suya. Además, se pone el foco en los consumidores y se les responsabiliza de la contaminación. En el anuncio se pregunta a los ciudadanos qué están haciendo por acabar con la contaminación y la petrolera les da algunas ideas: "Reduce tus viajes, reduce tus chuletones". Con este anuncio BP, según los ecologistas, no hace una campaña sobre lo que van a cambiar ellos, sino sobre lo que tienen que hacer los demás.

Si bien es cierto que todos somos responsables de la contaminación del planeta, las acciones de una petrolera tienen un impacto significativamente mayor que las de un individuo. La idea de que reducir los viajes o el consumo de carne puede igualar las emisiones de una corporación es, según los críticos, un desvío de la verdadera escala del problema.

A pesar de las promesas de BP de reducir sus emisiones y producción de petróleo y gas, informes de Greenpeace sugieren que la empresa no está cumpliendo con sus compromisos. Además, la prensa francesa ha informado que BP destina importantes sumas de dinero a influir en gobiernos y sociedades para retrasar medidas contra el calentamiento global.